Las uñas son estructuras firmes que se localizan en la punta de los dedos, tienen una función de protección y barrera. Su cuidado es solicitado tanto por hombres como por mujeres y se realiza en centros como salones de belleza, barberías, spa y clínicas médicas.
Su buen aspecto transmite una sensación de salud, belleza y estatus alto, por ese motivo existen varias estrategias para mejorarlas; sin embargo no se encuentran exentas de efectos secundarios.
• Alergia. Materiales como adhesivos, solventes o pinturas pueden contener algunas sustancias químicas capaces de producir en la piel de alrededor de la uña inflamaciones de origen alérgico.
• Cambio de color. Un problema muy común, persistencia de pintura del esmalte sobre la uña, sobre todo por pigmentos rojos, pudiendo durar hasta tres semanas.
• Fragilidad. Los solventes son capaces de deshidratar las uñas y debilitarlas, volviéndolas frágiles. También lo hace el desgaste mecánico por pulido excesivo.
• Infecciones. El riesgo de enfermedades por bacterias, hongos o virus aumenta cuando se utilizan materiales sin esterilizar. Se puede prevenir acudiendo a sitios que limpien apropiadamente sus materiales.
• Onicolisis. Habla de una separación entre la uña y su base, ocasionada por una manipulación agresiva o bien el uso de sustancias químicas potentes. Pudiera prevenirse evitando que limpien debajo de la uña con objetos de punta.
• Gelish. Es un compuesto que requiere luz UV para activarse. Se han vuelto muy populares por su alta resistencia,. Si se aplica la luz UV sin la correcta protección, pudiera generar cáncer de piel. El riesgo baja cuando se usan lámparas LED, protector solar, guantes y se realiza con poca frecuencia.
Es importante tener en cuenta estas alteraciones para prevenirlas, no confundirlas con otras enfermedades de las uñas y evitar tratamientos agresivos e innecesarios.
Dr. Juan Enrique Paniagua Santos
Dermatólogo
(CED. prof. 7715724)