La alopecia por presión (AP), también conocida como alopecia postoperatoria, es un término utilizado para describir un tipo de cicatrices y/o alopecias cicatriciales que ocurren posterior a cambios isquémicos en el cuero cabelludo, son una fisiopatología similar a la que ocurre con las úlceras por presión. Esta condición fue descrita por primera vez por el Dr. Lewis (EEUU) en 1959.
Este tipo de alopecia habitualmente se presenta como un área de ovalada muy variable de cinco a ocho cm de diámetro mayor en la zona de occipucio, dentro de algunas semanas después de la intervención quirúrgica o a estancias prolongadas en la unidad de cuidados intensivos (UCI). No es exclusivo de los adultos, pues también se observa en niños y neonatos, en quienes el factor aso- ciado más frecuente fue la desnutrición asociada a estancias prolongadas hospitalarias.
Se plantea la hipótesis de que la hipoxia, la desnutrición, acidosis y/o inmovilización prolongada de la cabeza contribuyen al desarrollo de úlceras y riesgo de AP. Los factores de riesgo para AP son insuficiencia circulatoria periférica como la hipotensión secundaria a deshidratación o hemorragia masiva, intubación endotraqueal, posición en Trendelenburg intraoperatoria.
Los autores que han reportado estos casos en pacientes hospitalizados destacan que la AP tiene impacto emocional y puede tener efectos psicológicos duraderos en los pacientes y sus familiares.
A la exploración física en la fase aguda se observa eritema, en ocasiones ulceración y la necrosis cutánea pérdida folicular dependerá de la severidad o duración de la presión sobre la zona, o bien, el tiempo del procedimiento y las características y/o comórbidos del paciente. A la tricoscopia se puede observar pelos distróficos, puntos blancos y negros en la fase aguda. En la mayoría de los casos hay recuperación folicular al cabo de unos meses (aprox. tres meses). En pocos casos quedará la secuela cicatricial y al examen histológico se observará fibrosis y pérdida de folículos pilo- sos que confirma la alopecia cicatricial.
En cuanto al tratamiento en la fase aguda se han descrito los corticoides tópicos y en la fase cicatricial se puede efectuar trasplante capilar con técnica de FUE (Folicular Unit Extraction).
Aunque se trata de un cuadro patológico poco frecuente, es considerado un evento adverso que puede prevenirse mediante varios métodos incluyendo los cambios de posición de la cabeza durante el procedimiento o la estancia en UCI y es responsabilidad del equipo tratante estar atentos al seguimiento en caso de que se presente.
Referencias:
• J Am Acad Dermatol. 2019; 81(4):1021-3.
• Rev Colom Anestesiol. 2015;43(3):241-4.
• Int J Trichol. 2012;4:64-8.
Dr. Juan Basilio López Zaldo
Dermatólogo y Cirujano Dermatólogo
(CED.prof.7157462 ced.esp.10047697)
Dermacenter
jlopezzaldo@gmail.com
