El cáncer de piel, a grandes rasgos, se puede dividir en cáncer de piel no melanoma y melanoma. Por fortuna, el primero es el de mayor frecuencia, ya que el melanoma es potencialmente más invasivo y mortal.
Dentro de los cánceres del primer grupo, el más frecuente es el carcinoma basocelular. Este es, por lo general, una manifestación de excesiva y recurrente exposición solar acumulada desde la infancia y sin cuidados.
Cuando la piel se pone roja después de asolearse, es una señal de alarma, y esto es independiente del tipo y color de piel que tengamos.
Este tipo de tumor crece lentamente y lo podemos ob- servar como una “peca” de sol nueva, una “bolita” nueva color piel que, incluso cuando tiene muchos años, puede llegar a sangrar de manera espontánea. Afortunadamente, este tumor no “viaja” a distancia en el cuerpo, a diferencia del melanoma; es decir, no hace metástasis.
Actualmente, este tipo de cáncer es uno de los más frecuentes en México y, según estadísticas del Instituto Nacional de Cancerología, ha aumentado hasta un 500 por ciento en los últimos años, diagnosticándose hasta 16 mil casos nuevos al año.
Definitivamente, el protector solar cumple una gran función en el cuidado y prevención del mismo, y no solo debe usarse durante las vacaciones en la playa, ya que todo el tiempo estamos recibiendo radiación solar.
Recordemos que la piel es el órgano más extenso del ser humano. Las orejas, cara, brazos, y, en el caso de las mu- jeres, las piernas son los lugares en donde se presenta con mayor frecuencia el cáncer. Idealmente, el protector solar debe aplicarse al menos 30 minutos antes de la exposición solar y debe tener un factor de protección solar (FPS) de 50+.
Otra medida preventiva que podemos tomar es visitar al dermatólogo por lo menos una vez al año después de los 40 años.
El sol debe tomarse sin quemar la piel, sin broncearse, por la mañana antes de las 10:00 y después de las 17:00. Idealmente, si podemos agregar medidas físicas como sombrero, sombrilla, lentes y/o ropa con factor de protección, sería lo ideal.
Finalmente, si tienes una peca nueva o dudas acerca de si pudieras presentar cáncer de piel, lo ideal es acudir con un dermatólogo certificado que pueda otorgarte orientación y tratamiento en caso de ser necesario.
