La bromhidrosis es el olor corporal exagerado o anormal provocado por la descomposición de la secreción de las glándulas sudoríparas y de los residuos celulares realizada por bacterias y levaduras y está estrechamente relacionada con la sudoración excesiva, que alude al término hiperhidrosis.
En la literatura científica encontramos estudios que sugieren una fuerte correlación entre la bromhidrosis y la humedad en asociación con un polimorfismo de un solo nucleótido del gen ABCC11.
Las secreciones apocrinas tienen alto contenido de lípidos, son estériles e inodoras, aunque pueden llegar a generar olor cuando se descomponen por la acción de las bacterias, principalmente del género Corynebacterium sp., y se convierten en ácidos volátiles en la superficie de la piel. El sudor ecrino generalmente no es maloliente porque está compuesto casi en su totalidad por agua.
La bromhidrosis ecrina puede ocurrir cuando las bacterias degradan la queratina que ha sido ablandada por el sudor ecrino. También puede ser el resultado de la ingestión de alimentos (por ejemplo, curry, ajo, cebolla, alcohol) y fármacos (por ejemplo, penicilina).
Estos trastornos pueden tener un efecto significativo en la calidad de vida y en las cargas profesionales, so- ciales y emocionales de quienes los padecen.
El manejo de la bromhidrosis implica la utilización de jabones antisépticos, antibioticoterapia tópica con cobertura contra bacterias del género Corynebacterium sp. (clindamicina, eritromicina) o incluso oral en algunos casos como en el eritrasma (infección por Corynebacterium minutissimum).
El rasurado de las axilas también puede ayudar a controlar el mal olor. Las personas también pueden quitarse la ropa sudorosa rápidamente y usar desodorantes o antitranspirantes. Los desodorantes enmascaran el olor, mientras que los antitranspirantes reducen la producción de sudor.
En cuanto a las opciones para el tratamiento de la hiperhidrosis, incluyen el tratamiento tópico con cloruro de aluminio y medicamentos anticolinérgicos orales, los cuales son suficientes en la mayoría de los casos de leves a moderados.
Las inyecciones de toxina botulínica A (Botox®) son una terapia muy efectiva cuando el tratamiento tópico no ha sido efectivo.
La simpatectomía y la escisión (cirugía) local también son métodos efectivos, pero invasivos o mínimamente invasivos dependiendo de la técnica, y se reservan para los casos que son resistentes a la terapia conservadora. Otras terapias que se han incorporado hace relativamente poco tiempo son la iontoforesis y la emisión de microondas (Miradry®).
Referencias:
1.- Serrano-Coronado M, Tufed-Opi. Valoración del tratamiento de la hiperhidrosis y bromhidrosis axilar con tecnología microondas. J Dermatol Cosmet Med Quirur; 2019;17(4):233-239.
2.- Nakano M, Miwa N, Hirano A, et al: A strong asso- ciation of axillary osmidrosis with the wet earwax type determined by genotyping of the ABCC11 gene. BMC Genetics 10:42, 2009. doi: 10.1186/1471-2156-10-42.