Éste es un ácido de origen natural, derivado del centeno, trigo y la cebada. Forma parte del grupo de los ácidos carboxílicos, mismo grupo donde se encuentran otras moléculas útiles para el cuidado de la piel, como los alfa-hidroxiácidos (AHA), poli-hidroxiácidos (PHA), ácidos aldobiónicos (ABA), el ácido retinoico y la vitamina C.
¿Por qué es tan útil? y ¿en dónde se encuentra su versatilidad?
El ácido azelaico tiene ciertas propiedades que lo convierten en una molécula muy interesante:
Antiinflamatorio: elimina radicales libres, frena cascadas inflamatorias (que son procesos complejos que ocurren dentro de nuestras células cada día) y atenúa la inflamación producida por la exposición solar.
Antibacteriano: actúa alterando el pH de las bacterias. A diferencia de los antibióticos, en general no aparecen resistencias bacterianas después de su uso, e incluso se ha demostrado que es capaz de eliminar bacterias que son resistentes a ciertos antibióticos.
Queratolítico: la piel tiene una capa superficial llamada epidermis, compuesta principalmente por queratinocitos (que actúan como ladrillos formando un muro) y el ácido azelaico consigue que esta capa disminuya su grosor, lo que ayuda a liberar los poros.
Despigmentante: inhibe la función de la enzima tirosinasa en la melanogénesis (formación de la melanina dando color a nuestra piel y a manchas).
Antiseborreico: este efecto lo consigue inhibiendo una enzima llamada 5-α-reductasa, que es la encargada de convertir la testosterona en otro andrógeno más potente, la dihidrotestosterona.
Debido a sus propiedades, se utiliza principalmente en las siguientes patologías:
Rosácea: es una enfermedad en la que pueden aparecer lesiones inflamatorias como granos rojos y espinillas, por lo que el ácido azelaico es una buena opción de tratamiento.
Acné: altera la flora cutánea, apareciendo granos de pus y quistes dolorosos, un exceso de queratinización (puntos negros o comedones) y además, estas lesiones pueden dejar como secuela manchas en la piel. Por ello, el ácido azelaico es una opción para acnés leves-moderados. Con frecuencia se recomienda en el acné de la mujer adulta, ya que estas pacientes suelen tener una piel más sensible y el ácido azelaico se tolera mejor que otros tratamientos tópicos.
Pigmentación postinflamatoria: cualquier lesión inflamatoria en la piel puede dejar como secuela una mancha más o menos oscura, una alternativa de tratamiento despigmentante es a través del ácido azelaico.
Melasma: la primera línea de tratamiento para estas manchas son las cremas despigmentantes, y dentro de este grupo se encuentran las fórmulas que contienen ácido azelaico.
Efectos secundarios del ácido azelaico
Los más frecuentes son: irritación, enrojecimiento, picor o descamación, que suelen ser más intensos al inicio del tratamiento y que pueden minimizarse espaciando su aplicación. Sin embargo, estas reacciones son mucho menos frecuentes que con otros tratamientos tópicos para acné, rosácea o melasma, como los retinoides o el peróxido de benzoilo, y en general es muy bien tolerado.
Ventajas
• Puede utilizarse durante el embarazo ya que la cantidad de producto que se absorbe tras su uso tópico está en torno al 3.6%, mientras que el 96.4% permanece en la piel. Además, es un elemento que se encuentra en ciertos alimentos y en la sangre en condiciones normales. Es un fármaco de categoría B según la FDA (Food and Drugs Administration) durante el embarazo.
• Puede utilizarse durante la lactancia, aunque hay que tener la precaución de no aplicarlo en zonas que vayan a estar en contacto directo con el bebé. Según la FDA tiene una seguridad L3 (intermedia) durante la lactancia.
• Con un sólo producto se pueden tratar lesiones inflamatorias, puntos negros y pigmentaciones postinflamatorias.
• No destiñe los tejidos, a diferencia del peróxido de benzoilo, que puede dejar manchas blancas en la ropa o en las toallas.
• En el tratamiento del melasma en pieles oscuras (fototipos altos), es más seguro que otros despigmentantes como la hidroquinona.
• En general se tolera mejor que otros tratamientos tópicos como los retinoides o el peróxido de benzoilo.
Recuerda que si tienes dudas acerca de éste o algún otro activo dermato-cosmético, puedes preguntar a tu médico especialista antes de adicionar algún producto a tu rutina de cuidado de la piel.
Dra. Iara Stephanie Zaldo Rolón.
Médico Cirujano
(CED. PROF. 9367780)
Dermacenter