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La piel es para tocarse

By 10 marzo, 2014diciembre 17th, 2014Sabías que...

La relación de pareja tiene como base la convivencia, la demostración de afecto (que incluye nuestra forma de dar y recibir amor) y el erotismo. La manifestación de afecto en las parejas resulta esencial para su establecimiento y desarrollo; es el eje  central donde gira su nacimiento y evolución. Dos personas que se aman tienen que hacerlo de manera explícita, con palabras, actitudes y acciones específicas. Un amor que no se ve o no se siente, es un amor de dudosa procedencia.

Las parejas estables, principalmente las conyugales, buscan una estabilidad que dé sustento a su nueva relación. Frecuentemente, la pasión vivida en el noviazgo y el cortejo es sustituida por un sentimiento de calma y reposo, donde la emoción por el otro no se expresa con la misma intensidad. Una relación conyugal, muchas veces, trae tedio y acaba por instalarse una rutina mortal que habla más de los hijos y el trabajo.

Se nos olvida recordar que amamos a nuestra pareja, lo damos por obvio, como ya no estamos interesados en la conquista, nos sentimos seguros y ya no expresamos con tanta emotividad la llegada del otro.

“No hay zonas erógenas, todo el cuerpo es una antena receptora de placer”
No es que no existan zonas específicas para cada persona cuya estimulación origine un placer individual; lo que pasa es que muchas personas, al creer ciegamente en las zonas erógenas, limitan la búsqueda de placer a esos puntos específicos, absteniéndose de explorar todo el cuerpo, tanto el propio como el de la pareja; empobreciendo la experiencia erótica.

Si consideramos que todo el cuerpo es una antena receptora de placer, podremos extender las caricias y tocar cada milímetro de nuestra piel;  el órgano sexual más grande que tenemos. La piel recibe toda una serie de estímulos y sensaciones que hacen de un encuentro una experiencia que transmite muchos mensajes a través del lenguaje de la cercanía y la privacidad.

Invirtamos tiempo en conocer nuestra PIEL, explorarla, sentirla, investigarla, tocarla, acariciarla, saborearla y utilizarla para vivir todos los fenómenos que aparecen como descargas de explosión, éxtasis, calidez y sublime expresión amorosa.

Es importante no olvidar que, la piel es para tocarse.

El desarrollo de la sexualidad humana es un proceso complejo, que además del cuerpo como base fisiológica, intervienen factores psicológicos y socioculturales. Es decir, la sexualidad tiene en su construcción un porcentaje muy alto de cómo aprendimos a ser hombre o mujer,  de nuestra manera de expresar sentimientos o reprimirlos,  de vivir el placer desde la aceptación o desde el miedo y la ansiedad. Asimismo, nos aprendimos a vivir nuestro

Dr. Gilberto Martínez R.
Psicoterapeuta
Tel: 36-42-23-84 / Cel: 333 441-5667
gimadar@gmail.com

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