La toxina botulínica es una proteína no tóxica derivada de la bacteria Clostridium Botulinum. Se utiliza para eliminar arrugas y líneas de expresión facial, así como para tratar padecimientos de salud como la migraña, sudoración excesiva, contracciones musculares involuntarias (distonía cervical), contracciones en el párpado (blefaroespasmo), incontinencia urinaria, neuralgia post herpética, entre otras.
Las arrugas se forman por la contracción constante de los músculos de la cara a lo largo del tiempo. La toxina botulínica actúa inhibiendo el mecanismo por el cual se forman las arrugas. Impide que, en los puntos donde se aplica, se contraigan los músculos.
Los lugares más frecuentemente tratados y con mejores resultados son las líneas que vemos en el entrecejo, en la frente y las que se forman alrededor de los ojos, también llamadas “patas de gallo”; en algunas personas se puede aplicar también en el cuello.
El efecto de rejuvenecimiento y eliminación de arrugas se obtiene a partir del tercer día o máximo en un plazo de dos semanas. El resultado tiene una duración que varía en cada persona, pero tiene un promedio de cuatro a seis meses. Después de este período, si el paciente desea mantener el efecto de la toxina botulínica, habrá que aplicarlo nuevamente.
No produce efectos secundarios si es colocada correctamente, sólo en ocasiones aparecen pequeños moretones en el punto de inyección, desvaneciéndose a los pocos días. Si no se coloca de manera correcta puede dar lugar a asimetrías en la cara, párpados caídos que puede producirse por dispersión del producto o mala técnica de inyección. Estos efectos son reversibles y desaparecen al término del efecto de la toxina, es decir, de cuatro a seis meses.
Antes de la aplicación de la toxina botulínica es importante realizar un historial clínico y evaluación del paciente, seguido de un estudio de la distribución de las líneas de expresión facial, para elegir cuidadosamente los puntos donde se aplicarán pequeñas cantidades de la toxina con una jeringa de insulina. Posterior a la aplicación, se pueden retomar las actividades diarias a excepción del ejercicio, que se deberá iniciar al día siguiente. Se recomienda acudir a revisión dos semanas después de la aplicación del tratamiento.
La toxina botulínica se puede combinar con otras técnicas de rejuvenecimiento, las cuales van a depender de las necesidades o inquietudes específicas de cada paciente ya sea rellenos con ácido hialurónico, radiofrecuencia, luz pulsada o láser para rejuvenecimiento y recambio de piel.
La toxina botulínica se puede utilizar para las personas que por edad ya tienen arrugas y, como corrección, en jóvenes que, al gesticular mucho, comienzan a marcarse de forma temprana. No hay una edad específica para iniciar el tratamiento con toxina botulínica pero se recomienda en mayores de 18 años. Está contraindicado realizar aplicaciones durante el embarazo, en pacientes con trastornos de la coagulación o infección en el sitio de la aplicación.
A continuación se presentan algunos mitos y creencias falsos sobre la toxina botulínica:
“La toxina botulínica puede acumularse en el cuerpo a lo largo del tiempo”.
La toxina botulínica no se acumula en el cuerpo a lo largo del tiempo. Su efecto tiene una duración de cuatro a seis meses. Cuando se elimina el efecto también se elimina del cuerpo.
“La toxina botulínica causa adicción”.
El fármaco como tal no produce adicción. Lo único que sucede es que, debido a que el resultado es favorecedor, los pacientes regresan a consulta una vez que se termina el efecto y solicitan una nueva aplicación para obtener nuevamente los resultados de la toxina botulínica en su rostro.
“Si me aplico Botox para eliminar arrugas quedaré sin expresión”.
Si es aplicado de forma correcta, la toxina botulínica no cambiará radicalmente la apariencia ni tampoco la va a dejar sin expresión facial.
“La toxina botulínica no es para hombres”.
La toxina botulínica es eficaz tanto para hombres como para mujeres. Hoy en día los hombres también quieren lucir mejor y más jóvenes para potenciar su vida profesional y social.
”Si utilizo toxina botulínica para mis arrugas y líneas de expresión, van a empeorar si decido no aplicarme toxina nuevamente”.
Las arrugas o líneas de expresión gradualmente van a volver al estado y apariencia que tenían antes del tratamiento, pero nunca van a empeorar por no continuar las re-aplicaciones de la toxina botulínica. Si sólo quiere utilizarla una vez, esto no tendrá ninguna repercusión en su apariencia en el futuro.
“Una vez que se van los efectos, las arrugas se encuentran más marcadas que antes”.
No, durante los meses que el músculo está relajado por su efecto, la piel se mantiene más estirada y por tanto tarda mucho más en volver a arrugarse. Una vez que termina el efecto, vuelven a aparecer de nuevo las mismas líneas de expresión que anteriormente se encontraban ausentes por el efecto de la toxina botulínica.
Dra. Laura Castrejón Pérez
Dermatóloga (CED.5883236)
Tel. 1202 4414
lauracastrejon@hotmail.com
