Las lesiones blancas en la mucosa bucal deben su aspecto característico a la dispersión de la luz a través de una superficie mucosa alterada. Estas anormalidades pueden ser resultado del engrosamiento de la capa de queratina, aumento en la producción de células (hiperplasia) o aumento del epitelio, que es un tejido formado por capas de células cuya función es recubrir las superficies libres del organismo.
También pueden ser resultado de un edema o inflamación de las células epiteliales y disminución de la vascularidad del tejido conectivo subyacente. Las lesiones blanco-amarillentas pueden ser causadas por exudado de fibrina que cubre una úlcera, materiales depositados debajo de la mucosa, residuos en la superficie o colonias de hongos.
Las lesiones blancas de la cavidad oral se pueden clasificar en base a su etiología de la siguiente manera:
Enfermedades hereditarias
- Leucoedema, nevo esponjoso blanco, disqueratosis intraepitelial benigna hereditaria, queratosis folicular
Lesiones reactivas
- Hiperqueratosis focal (friccional), estomatitis nicotínica, queilitis actínica (solar)
Otras lesiones blancas
- Leucoplaquia idiopática, leucoplaquia pilosa o vellosa, liquen plano
Lesiones no epiteliales blanco-amarillentas
- Candidosis, condición de Fordyce, tejido linfoide ectópico, quiste gingival y quemaduras en la mucosa
A continuación abordaremos algunas de las más frecuentes:
Hiperqueratosis focal (friccional): el frotamiento crónico o la fricción contra una superficie de la mucosa bucal puede causar una lesión blanca hiperqueratósica supuestamente protectora, de la misma manera que se forman callos en la piel. Se presenta con mayor frecuencia en labios, en los bordes laterales de la lengua, en la mucosa bucal en línea oclusal (superficie de los dientes con que se mastican los alimentos) y bordes donde no hay dientes. El control del hábito debe inducir mejoría clínica.
Queilitis actínica: se trata de una degeneración acelerada del tejido del borde rojo labial inferior, es consecuencia de la exposición regular y prolongada a la luz solar; este padecimiento es más frecuente en personas caucásicas. Presenta un aspecto atrófico, pálido, con fisuras del labio y se borra la unión de mucosa con la piel peribucal. Es recomendable utilizar un protector solar labial y, en caso necesario, se puede aplicar 5-fluorouracilo, láser o criocirugía.
Leucoplaquia idiopática: es un parche o placa blanca en la mucosa bucal que no se desprende con el raspado y sin signos de alguna afección conocida. Guardan relación con el consumo de tabaco fumado o mascado, abuso de alcohol, traumatismo, infección por hongos, factores nutricionales (déficit de hierro). Afecta principalmente después de los 40 años de edad, aparece con mayor frecuencia en la mucosa mandibular y bucal. En ausencia de displasia, se pueden mantener vigilada y se estudian las posibles causas. Sin embargo, si hay displasia se debe extirpar la lesión.
Leucoplaquia pilosa (vellosa): es una forma de leucoplaquia relacionada con la afección oportunista del virus Epstein-Barr (EBV), en pacientes infectados con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). En estos pacientes su prevalencia es del 20% mientras que en individuos con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es hasta del 80%. Es una lesión blanca bien definida, con prolongaciones papilares o filiformes como cabellos en su superficie, principalmente en los bordes laterales de la lengua. Su presencia obliga a descartar la presencia del VIH. Su tratamiento es a base de ganciclovir, tretinoína o podofilina.
Liquen plano: es una afección relativamente común, su causa es desconocida. Es de carácter autoinmune ya que conlleva la activación, agrupamiento y retención de linfocitos T en la zona afectada. Se presenta en mediana edad y en ambos sexos. El tipo más común es el reticulado de la mucosa bucal a manera de encaje. Puede presentarse acompañado de lesiones rojizas en piel que producen comezón intensa. Esta enfermedad se puede controlar, los corticoides son el medicamento de elección.
Candidosis oral: es la infección por hongos del género Cándida. El hongo es residente habitual de la cavidad oral, se vuelve patógeno cuando hay algún tipo de deficiencia inmunológica. Hay varios tipos de candidosis, la pseudomembranosa (algodoncillo) es la más común. Consiste en placas blanquecinas de blandas a gelatinosas, al desprenderla deja una mucosa rojiza. Se trata con antifúngicos en colutorios o vía oral. Su presencia persistente debe descartar enfermedad que condicione inmunodeficiencia.
Condición de Fordyce: son glándulas sebáceas (de grasa) ectópicas (fuera de lugar). Son múltiples y confluentes, aparecen después de la pubertad, se pueden presentar también en la mucosa genital. No representan infección por algún virus, ni mucho menos riesgo de malignidad. No es necesario tratamiento alguno.
Es importante mencionar que cualquier lesión dudosa o bien, una úlcera que tarda más de dos semanas en sanar, debe ser estudiada y considerarse una toma de biopsia para estudio de histopatología ya que podría tratarse de una lesión maligna.
Recomendaciones al paciente
- Realizarse periódicamente autoexamen de la boca, así como mantener higiene adecuada
- Acudir a revisión con dermatólogo/estomatólogo si existe una lesión blanca persistente o úlcera que no cicatriza en la mucosa bucal
- Utilizar protector solar labial si realiza actividades bajo el sol o presenta queilitis actínica
- Identificar algún hábito inadvertido que ocasione la fricción o traumatismo de la mucosa bucal
- Disminuir o limitar el consumo de tabaco en el caso de las estomatitis nicotínicas o leucoplaquia idiopática
Dr. Juan Basilio López Zaldo
(DGP. 7157462, U de G.)
Dermatólogo
Cel. 3313142209
jlopezzaldo@gmail.com