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Mesoterapia capilar: Sustancias inyectadas que ayudan contra la caída de pelo

La alopecia androgenética (AGA) es la causa más común de caída de pelo. Es multifactorial, influyendo tanto la genética como factores endocrinológicos. Se caracteriza por una miniaturización progresiva del folículo piloso, mediada por el efecto de la dihidrotestosterona. Su incidencia y prevalencia varían de acuerdo con la edad y el origen étnico. Actualmente, estamos viviendo una revolución terapéutica de abordaje multifactorial para este padecimiento. El uso de finasterida tópica o minoxidil oral, así como el aumento en el uso de dutasterida oral, y más recientemente, su aplicación intradérmica, representan un ejemplo de los cambios en el paradigma de tratamiento para esta entidad. En otros tipos de alopecia, también se emplea la aplicación de sustancias o medicamentos a través de vías intradérmica o intralesional (directo en la zona de lesión), abordando padecimientos como la alopecia areata y las alopecias cicatrizales (como el liquen planopilaris y la alopecia cicatrizante frontal o en patrón de distribución, entre otras).

En el caso de la AGA, tanto en hombres como en mujeres, el objetivo del tratamiento es evitar la progresión de la alopecia, enfocándose principalmente en bloquear la enzima 5-alfa reductasa. La finasterida es el único tratamiento oral aprobado por la FDA para este fin, mientras que la dutasterida, un inhibidor de segunda generación, es aún más potente para inhibir los tipos 1 y 2 de esta enzima. Los resultados con finasterida son observables a largo plazo y dependen del apego del paciente al tratamiento, lo que hace que sea abandonado con frecuencia.

La mesoterapia es una técnica ampliamente estudiada por su frecuencia de uso en tratamientos corporales y faciales, y consiste en la administración intradérmica de componentes de origen farmacéutico. En el tratamiento de AGA, aplicada al cuero cabelludo, se han usado principios activos como minoxidil, finasterida, dutasterida, factores de crecimiento y pantenol, en monoterapia o combinados. Los estudios han demostrado efectos positivos en la disminución de la caída del cabello y el aumento del grosor de la fibra capilar. El principal desafío está en establecer el número de sesiones, el intervalo y la dosis adecuada de los componentes aplicados.

No debemos confundir la mesoterapia con las micropunciones (microneedling), que emplean un dispositivo eléctrico de agujas finas (no huecas) y, a través de un mecanismo de pistón vibratorio, crean microheridas y pequeños canales de escasas micras que facilitan la penetración superficial de medicamentos. Este procedimiento para el cuero cabelludo fue documentado por primera vez en 2012, cuando dos estudios mostraron una mayor expresión de genes relacionados con el crecimiento capilar tras realizar micropunciones en ratones. Se sugirieron los siguientes posibles mecanismos de acción: a) liberación del factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF) mediante la activación plaquetaria y mecanismos de regeneración de heridas en la piel; b) activación de células madre foliculares en condiciones de cicatrización; y c) sobreexpresión de genes relacionados con el crecimiento del cabello, incluidos VEGF, β-catenina, Wnt3α y Wnt10β.

En cuanto a la mesoterapia, un estudio reciente de Saceda-Corralo y colaboradores revela la eficacia de las microinyecciones de dutasterida y el uso de una nueva pauta de tratamiento más sencilla, que favorece el apego terapéutico. Esta técnica ofrece mejores resultados en menor tiempo. Según diversos estudios clínicos, los efectos secundarios son mínimos, y los pacientes solo reportaron dolor leve y transitorio en algunos sitios de aplicación. Ningún paciente experimentó alteraciones en la libido, disfunción eréctil o ginecomastia.

La bicalutamida es otro fármaco útil en el tratamiento de la AGA. Se trata de un antagonista no esteroideo del receptor de andrógenos, aprobado actualmente para el tratamiento del cáncer de próstata. Sin embargo, ha comenzado a utilizarse como alternativa en tricología, en una indicación conocida como “off-label”. Diversos estudios y el consenso de expertos en tricología lo recomiendan para pacientes con alopecia androgenética de patrón femenino (AAPF). La bicalutamida actúa inhibiendo el receptor de andrógenos en las células de la papila dérmica. En las dosis empleadas en tricología, no presenta actividad mineralocorticoide ni glucocorticoide, y no afecta los niveles de testosterona, estrógenos o progestágenos. Los avances en el conocimiento de la bicalutamida en los últimos años han permitido valorarla como una importante alternativa en el tratamiento de la AAPF, especialmente en pacientes premenopáusicas con otros signos de hiperandrogenismo como acné, hirsutismo o seborrea.

Además de los anteriores fármacos ampliamente estudiados, existen otros, como los corticoides, cosmecéuticos, vitaminas, factores de crecimiento e incluso el plasma rico en plaquetas (PRP). Es necesario comentar en mayor detalle cada uno en futuras publicaciones, pero es importante mencionar que, aunque han demostrado eficacia en algunos casos, en su mayoría son complementarios y no representan la primera línea de tratamiento. Los resultados pueden variar considerablemente y aún es necesario realizar más estudios a gran escala para su estandarización en cuanto a dosis e intervalos de aplicación.

Referencias bibliográficas:

Pegalajar-García, A. Gil-Villalba, F.J. de la, Torre-Gomar. ACTAS Dermo-Sifiliográficas, 114, (2023), 812-81

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