El origen de la palabra melasma proviene del griego melas, que significa oscuro. Se conoce también como cloasma o máscara del embarazo. Consiste en una pigmentación difusa en áreas de la cara más expuestas a la luz (frente, mejillas, línea de la mandíbula, zona del bigote, nariz o mentón), con notable predominio en el sexo femenino. Los afroamericanos, los asiáticos y los hispanos son las poblaciones más susceptibles.
Es un problema médico-cosmético que afecta la autoestima y las relaciones interpersonales o de trabajo, ya que la piel, especialmente la de la cara, es nuestra carta de presentación. En algunos casos este padecimiento puede generar depresión.
Causas
La causa exacta se desconoce, sin embargo, su aparición se ha relacionado con radiación solar, herencia, embarazo, hormonas anticonceptivas y de remplazo en la menopausia, enfermedades tiroideas, fuentes de luz y calor como focos de luz blanca, saunas, vapor, cercanía con máquinas, pantallas fluorescentes y de computadoras. Así mismo el uso excesivo de perfumes, cosméticos y medicamentos propician la aparición y propagación del padecimiento. Es un error pensar que son causadas por enfermedades del hígado o del riñón.
Tratamiento
El melasma sí tiene tratamiento, el cual deberá ser indicado por un dermatólogo y será éste quien detecte los problemas que causan la formación de las manchas. En primer lugar es indispensable la protección contra el sol usando sombreros, sombrillas y permanecer en lugares sombreados. Es importante aplicar bloqueadores solares con FPS de 35 o más. Existen múltiples marcas en el mercado que se seleccionan de acuerdo a cada necesidad del paciente.
El uso de despigmentantes en cremas también puede aclarar o desaparecer las manchas mediante la reducción del contenido de melanina epidérmica. Algunos de ellos son la hidroquinona, los retinoides, los alfa-hidroxiácidos, los esteroides tópicos, o la vitamina C, entre otros.
En estudios recientes se han obtenido resultados prometedores en el consumo vía oral de suplementos antioxidantes. En particular destacan aquellos que contienen superóxido dismutasa que activan el sistema interno de catalasas y peroxidasas. Estudios clínicos contratados demuestran que son capaces de proteger y revertir el estrés oxidativo debido a la exposición solar.
Finalmente, las técnicas de consultorio como quimioexfoliaciones o peelings, mesoterapia, tratamientos con aparatos de luz intensa pulsada o láser, son grandes alternativas.
En la actualidad sabemos que la combinación de todas estas herramientas terapéuticas es la base para alcanzar el mejor resultado, así podemos usar medios físicos, protectores solares, antioxidantes, despigmentantes, peelings, dermoabrasiones, mesoterapia, tecnologías de luz y láser para obtener, definitivamente, una mejoría superior.
Algunas otras recomendaciones básicas son no permanecer mucho tiempo en lugares soleados o calientes y no automedicarse ya que no existen cremas milagrosas. Tampoco es recomendable tallar ni irritar la piel ya que esto aumenta la pigmentación.
Finalmente recuerde que si usted no acude con profesionales calificados puede empeorar el padecimiento.
Dra. Miroslava Zolano Orozco
Dermatóloga (CED. 6384581)
Tel. 3671-0038 Cel.33-1109-8379
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