El Sarcoma de Kaposi es un cáncer en el cual existe proliferación y aparición de lesiones formadas por vasos de sangre, afecta principalmente a nivel cutáneo.
Requiere infección por el virus herpes humano 8 (HHV-8), sin embargo, no todas las personas infectadas desarrollan la enfermedad. La mayoría de los infectados por el HHV-8 no tienen síntomas ya que el sistema inmunológico lo controla. Cuando por alguna razón, éste se debilita, entonces existe mayor facilidad para desarrollar sarcoma de Kaposi.
Se clasifica en cuatro tipos de acuerdo a la forma en la cual se desarrolla:
1) Clásico: habitualmente aparece en adultos mayores.
2) Endémico: propio de poblaciones en ciertas zonas del mundo.
3) Asociado a infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
4) Iatrogénico: asociado a terapia inmunosupresora (por ejemplo en postrasplantados).
El sarcoma de Kaposi no asociado a infección por VIH-SIDA es de aparición rara y se caracteriza por la aparición de manchas, placas y nódulos morados, violáceos, rojos o azules en la piel, principalmente la de las piernas. Las lesiones pueden variar en tamaño, desde milímetros hasta centímetros, la velocidad de crecimiento también es variable y se pueden ulcerar y sangrar. Además, puede afectar otros órganos como por ejemplo a nivel gastrointestinal, los ganglios linfáticos, el hígado, los testículos, los huesos, entre otros, y ocasionar sangrado también en ellos.
En la mayoría de los casos, la forma clásica del sarcoma de Kaposi es crónica y no compromete la sobrevida de una persona. En pacientes no infectados por VIHSIDA, el sarcoma de Kaposi es menos agresivo, más limitado a la piel y responde de manera favorable a diferentes opciones terapéuticas. Las lesiones iniciales, fácilmente pueden confundirse con manchas, hematomas, lunares u otras tumoraciones cutáneas, no ocasionan dolor o comezón. Por lo
general, el diagnóstico puede realizarse únicamente con ver las lesiones e interrogando los antecedentes de la persona, sin embargo, idealmente se debe realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico y sobre todo, para descartar otras opciones que pueden parecerse mucho.
Cuando se realiza el diagnóstico es necesario realizar una estadificación, es decir, saber qué tan extensa o avanzada está la enfermedad ya que, es uno de los factores que determinará el tipo de tratamiento. Habrá ocasiones en las cuales no se indique tratamiento y se vigilará el crecimiento y comportamiento de las lesiones.
Es importante enfatizar que, a pesar de que el sarcoma de Kaposi es uno de los cánceres más frecuentes en personas con infección por VIH-SIDA, no es exclusivo de esta enfermedad y puede aparecer en pacientes que no estén afectados por este virus. Siempre será importante la revisión médica, en la cuál de acuerdo a las características de presentación de la enfermedad, se realizará el abordaje diagnóstico y se decidirá la mejor forma de tratamiento.
DRA. ALINE ESTHER BAEZA ECHEVERRÍA
Dermatóloga y Cirujana Dermatóloga
(CED. prof. 8929841)
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