Fumar tabaco es uno de los principales problemas de salud en el mundo y está relacionado con muchas enfermedades crónicas y malignas, sin embargo, también es causante de problemas de la piel, cada fumada contiene 2 billones de radicales libres responsables del proceso continuo de oxidación y envejecimiento prematuro.
Prender un cigarro llega a alcanzar temperaturas entre 600 y 900ºC comenzando la combustión de sus componentes, la nicotina es componente responsable de la adicción al tabaco, su uso aumenta la presión arterial, disminuye los estrógenos y la absorción de vitamina A, altera los niveles de colágeno y elastina, ocasionando atrofia dérmica, disminución de fibroblastos y acortamiento de capilares.
Esto llega a provocar la disminución de la circulación sanguínea en todos los tejidos, misma que provoca elasticidad de la piel, la aparición de marcas de expresión, especialmente alrededor de la boca, arrugas profundas, piel flácida, hace más visibles los músculos faciales, se evidencia una mayor sequedad, aparecen manchas en la dermis y la piel tiene una menor capacidad de recuperación ante quemaduras solares.
– Piel del fumador:
– Arrugas más pronunciadas: Las arrugas de los fumadores son diferentes a las que presentan los no fumadores, en los ojos de los fumadores son más estrechas y profundas, con contornos bien marcados, mientras que las mismas arrugas en los no fumadores son más abiertas y redondas.
+ Arrugas Perioculares + Arrugas Peribucales
– Piel seca y cabello desnutrido: Cabellos resecos y quebradizos , el humo del cigarro entra en contacto directo con la cara y el cabello, lo que provoca una piel sin luminosidad y un cabello con puntas quebradizas.
– Dificultad en la cicatrización: La cicatrización cutánea se afecta y las infecciones son frecuentes por efecto vasoconstrictor de la nicotina.
– Párpados menos firmes: Ojos cansados.
– Mejillas flácidas: Aspecto triste.
– Cáncer de labios: Por la micro agresión repetida, no solamente por el calor en los labios sino también por la composición química del papel, que contiene benzopirenos.
Aunque no se conoce si dejando de fumar se recupera todos los daños ocasionados en la piel acumulados por el paso del tiempo, al dejar de fumar sí disminuye la acumulación de radicales libres y mejora la circulación periférica logrando revertir el daño provocado.
Fumar causa arrugas y una pérdida atractiva de la persona.
Las arrugas se manifiestan después de los 30 años y entre los 40 y 50 años tienen probabilidad de tener arrugas idénticas a las de los no fumadores de 20 o 30 años más.
Estudios han comentado que del 100% de fumadores que quieren dejarlo, el 60% toman la decisión de abandonar el cigarro por motivos estéticos y el 40% lo deja por motivos de salud.
Al dejar de fumar, la piel es el órgano que comienza a desintoxicarse y curarse, ya que disminuye la acumulación de radicales libres.