El ácido hialurónico es una sustancia que se produce naturalmente en nuestro cuerpo: epidermis, tejido conectivo, cartílagos, líquido sinovial y ojos. De éste, un 50% se encuentra en la piel.
Sin embargo, a medida que envejecemos, su producción natural disminuye. Motivo por el que lo encontramos en sueros, cremas y protectores solares de las principales marcas de belleza.
Uno de los factores que más afectan al aspecto, salud y envejecimiento de nuestra piel es la hidratación. La piel tiende a perder agua de forma natural. Lo que hacen los activos hidratantes es evitar la excesiva pérdida de agua.
Algunos productos cosméticos pueden ser simplemente oclusivos (taponan la piel), otros como el ácido hialurónico son humectantes, actúan como una capa de agua que previene la deshidratación de la piel.
Karl Meyer y John Palmer lo aislaron por primera vez en 1934 estudiando la composición del humor vítreo de los ojos de las vacas. Esta sustancia de aspecto viscoso es la responsable de mantener la forma del ojo.
En los años setenta se descubrieron aplicaciones relacionadas con la cirugía ocular; posteriormente para infiltraciones, tratamiento de patologías articulares y aplicaciones cosméticas.
• Cremas hidratantes y antiedad con ácido hialurónico.
El ácido hialurónico es muy higroscópico. Esto significa que es capaz de retener una gran cantidad de agua —miles de veces su peso—. Esta propiedad se utiliza como activo de hidratación en los productos cosméticos.
Dependiendo de su peso molecular, el ácido hialurónico tiene una actividad diferente.
El hialurónico de alto peso molecular suele ser de procedencia animal. Al ser una molécula tan grande, no tiene capacidad de penetración en la piel. Permanece en la superficie y actúa como un potente hidratante.
El hialurónico de bajo peso molecular suele ser de origen sintético. Producirlo es más costoso, lo encontramos en productos cosméticos de gama media-alta. Se denomina hialurónico «fragmentado» o «hidrolizado». Éste sí tiene capacidad de penetración y es capaz de llegar hasta la dermis, por lo que tiene una función rellenadora que atenúa las arrugas. Además, se ha comprobado que promueve la síntesis de hialurónico natural de la piel.
El peso molecular que encontramos en los cosméticos es diverso, y hace que unos productos sean mejores que otros y más adecuados a cada piel. La unidad de medida empleada en el sector cosmético es el kDa (kilodalton).
El hialurónico de 320 kDa o más no garantiza el efecto relleno, pero sí la hidratación. El hialurónico de 20 kDa o menos tiene tal capacidad de penetración que puede resultar irritante para algunas personas, motivo por el cual existen productos que combinan el de alto peso con el de bajo peso, y así evitar posibles irritaciones, en productos para pieles sensibles se utiliza hialurónico de bajo peso de 50 kDa.
Es importante que al adquirir este tipo de productos se eviten aquellos que contienen alcohol, parabenos, sulfatos u otros ingredientes que pueden lastimar la piel, ya que la mayoría de «serums de ácido hialurónico” comerciales, contienen conservadores que contrarrestan los beneficios del mismo ácido hialurónico. Y lo más importante, siempre asesórate con tu médico dermatólogo acerca de los productos indicados a tu tipo de piel, así como la calidad de los mismos.