Se dice que el rostro es el reflejo del alma. El rostro es un medio para expresa emociones; en los rasgos de nuestra cara se encuentran grabados sentimientos y son nuestros gestos los que le revelan al mundo nuestra personalidad.
Sin lugar a dudas, mantener un rostro saludable nos hace sentir bien por dentro y por fuera; es un bienestar que siempre tendrá como resultado una buena autoestima y un aspecto importante para nuestra salud mental y emocional.
La autoestima germina nuestra identidad como personas únicas; lo que nos guía a enfrentarnos a la vida con valor, alcanzar metas, realizar nuestros sueños y adaptarnos de manera adecuada a la sociedad.
Todo esto es primordial, sobre todo, en una etapa específica del ser humano: la adolescencia. Esta transición en la vida de las personas puede ser una experiencia asombrosa, llena de alegrías y aprendizajes, pero también puede ser una fase dolorosa.
Mantenernos saludables, cuidar nuestra piel y nuestro rostro, es vital para sentirnos bien por dentro y lograr vivir una adolescencia con autoestima.
Existen distintas enfermedades que afectan la piel de nuestra cara, tal es el caso de la Tricoepitelioma, este padecimiento se presenta como una masa anormal de tejido llamado neoplasia, el cual se produce porque las células que constituyen dicho tejido se multiplican más de lo debido y forman unos brotes redondos y firmes.
Los brotes múltiples, generalmente, comienzan desde la infancia o pubertad y los que son únicos y de mayor tamaño, se reflejan en la edad adulta. En la mayoría de los casos, se adquieren por herencia; no provocan dolor ni son malignos, pero sí afectan la apariencia del paciente y, con ello, su calidad de vida.
La vida de Irene, una joven paciente de 19 años con Tricoepitelioma, dio un giro radical al tomar la decisión de tratar su enfermedad y sentirse bien con ella misma. No fue fácil, pues la lejanía de su hogar representó un obstáculo pero, con el apoyo del Doctor Gabriel Huerta, logró cumplir su cometido. Con entusiasmo nos platica su historia:
Platícanos sobre el padecimiento al que te enfrentaste: Tengo tricoepitelioma, me empezó a salir desde los tres años. A los seis años me llevaron a Guadalajara para que me sacaran una muestra y poder saber qué era, ahí me detectaron tricoepitelioma, me llevaron a un hospital y me estuvieron haciendo estudios, pero pues seguía igual.
¿Cómo fue que llegaste a Dermacenter? Fui con una doctora que me estaba tratando, ella me tomó una foto para mandársela a los doctores Gabriel e Ileana y me mandó con ellos. Me vieron y me comentaron que mis consultas no iban a tener costo, todo era por parte del doctor Gabriel.
¿Cuáles son las características de este padecimiento? A mí me salieron en la cara, en la cabeza y en el cuello. Son redonditas, duritas, tienen carne y sangre, pero no duelen nada. El doctor me comentó que es probable que sea hereditario. Mi hermano también tiene pero a él lo atendieron desde chiquito y ya tiene poquitas; yo no me dejaba, me daba miedo de pequeña.
¿En qué consistió tu tratamiento con el doctor Gabriel? Él fue muy bueno porque, aparte de que no nos cobró nada, sí me limpió mucho la cara, yo tenía muchos brotes y estaban grandes. El tratamiento consistió en cremas y un aparato que me las quitaba, ese sí duele, pero vi resultados luego luego. Desde la primera aplicación que me dio se me veía muy diferente mi cara. La recuperación me ha llevado menos de un año.
¿Qué papel ha jugado tu familia y cómo te ha apoyado en este proceso? Cuando estaba más chica me preguntaban que si quería que se me quitara y que me llevaban con un doctor; pero yo era una
niña muy nerviosa y como tenía seis años me daba miedo todo eso, no me dejaba. Hasta ahorita yo les dije que yo quería ir, que yo quería que se me quitaran y ya fue cuando me mandaron con el doctor Gabriel.
¿Qué le dirías a las personas que tienen este padecimiento? Yo estoy muy feliz. Les diría que busquen a una persona como el doctor Gabriel, que es muy bueno. Y que si tienen miedo, que dejen el miedo atrás así como yo. Antes me criticaban mucho, les diría que no le den importancia a esos comentarios. Uno no vale por lo que tiene por fuera, sino por lo que tiene adentro. Que no se dejen decaer y busquen ayuda.
Lic. Gabriela Castillo Rodríguez