Las úlceras de las piernas se encuentran dentro del grupo de enfermedades de la piel que pueden generar grandes repercusiones en la calidad de vida de las personas debido a los síntomas que generan, la limitación laboral y al carácter crónico que representa padecer esta condición. Se estima que el 0.3-3% de la población de 60 años y hasta el 5% de los pacientes de 80 años cursan con úlcera de piernas, sobre todo aquellos con factores de riesgo como obesidad, tabaquismo y diabetes.
Dentro de las causas principales tenemos a los problemas del sistema venoso, seguida de las alteraciones en las arterias o nervios, pero cabe destacar que en ocasiones las úlceras pueden derivarse de una enfermedad autoinmune, infecciones, cáncer, traumatismos, por lo que el médico que se encargue del tratamiento siempre deberá estar familiarizado con todas las posibles causas y las características de cada una.
Los tres tipos más frecuentes son:
Úlceras venosas. Éstas se derivan de una cascada de eventos, iniciada por la falla en el sistema de retorno de sangre venosa, lo que tiene como resultado un exceso de sangre en las venas de las piernas, y con esto ocasionando el acumulo de sustancias que endurecen la piel y la hacen susceptible a romperse con facilidad, especialmente en la región de los tobillos.
Úlceras arteriales. Se deben a una reducción en el aporte sanguíneo. Entre las causas más comunes está el endurecimiento de arterias. La consecuencia de menor aporte de sangre es menor concentración de oxígeno y por tanto se inicia necrosis en la piel.
Úlceras de origen neuropático. Se estima que a nivel mundial cada 30 segundos se amputa una pierna debida a este tipo de úlceras. La diabetes es la culpable de la mayoría de úlceras en este rubro. Si bien, suelen tener cierto grado de componente venoso y/o arterial, está claro que las alteraciones en la sensibilidad así como alteraciones en la forma del pie secundarias a neuropatía, vuelven la piel de estos pacientes sumamente fácil de ulcerarse.
Diagnóstico
Para poder identificar la causa será necesaria la evaluación por un médico dermatólogo quién podrá realizar un diagnóstico preciso de entre las múltiples causas y ser el encargado del seguimiento. Para evaluar al paciente es indispensable un interrogatorio extenso, una cuidadosa exploración física, complementado con estudios de laboratorio y en ocasiones pruebas de imagen diagnóstico como ultrasonido, radiografías, etc.
Tratamiento
El primer paso es conocer la causa, ya que cada padecimiento tiene su manejo específico. El segundo paso es iniciar un tratamiento rápido y específico para prevenir complicaciones y en el peor de los casos amputaciones. Como datos generales siempre se intentará retirar los detonantes de las úlceras y mejorar la condición del paciente, manejo de enfermedades sistémicas, información suficiente de su enfermedad. Ciertos pacientes con úlceras venosas se benefician de elevación de piernas, terapia compresiva y manejo quirúrgico; para las úlceras arteriales la cirugía de revascularización puede favorecer su mejoría; mientras que en las úlceras neuropáticas la disminución de cargas de presión son parte fundamental del tratamiento.
En algunos casos graves será necesaria la terapia multidisciplinaria, en donde se realiza manejo conjunto con intervención de médicos como cirujanos, angiólogos, endocrinólogos, neurólogos, internistas, entre otros.
Dr. Juan Enrique Paniagua santos
Dermatólogo
(CED. Prof. 7715724)
juanpan04@hotmail.com
