Los labios son una de las partes del rostro que más preocupaciones despiertan y en los últimos años ha adquirido mucha popularidad y atención como una de las zonas para realizar cambios. La búsqueda de esta transformación puede ser en volumen, hidratación, coloración, perfilamiento o corrección de asimetrías.
Hasta hace un par de décadas únicamente contábamos con el uso de rellenos permanentes o biopolimeros, los cuales como su nombre menciona perduran a lo largo de los años y no se absorben; e incluso en ocasiones presentaban efectos secundarios como migración del producto, es decir extendiéndose más allá de donde se aplicó o formación de desfiguraciones o nódulos.
Afortunadamente, desde que el ácido hialurónico (AH) entró como producto dentro de los protocolos para rellenar, dar volumen y forma a los labios, hemos podido otorgar mayor amplitud de tratamientos para el mismo; ya que dependiendo de las propiedades fisicoquímicas como la concentración del AH, su cohesividad y elasticidad nos dará la capacidad de “voluminizar” o no al paciente, es decir buscar un efecto hidratante sutil o incluso cambio morfológico o volumen en labios.
Y, ¿en qué consiste la hidratación de labios?
Básicamente con el pasar de los años, los labios pueden perder textura o turgencia y en ocasiones podemos observar los labios descamados o con la aparición de arrugas o grietas.
Para aquellos pacientes que buscan un efecto natural, sin voluminización se puede aplicar un AH de baja densidad a un nivel poco profundo que otorgue este efecto de rejuvenecimiento sin aportar un volumen extra. El producto se inyecta como cualquier otro relleno, pero la diferencia es que al ser un ácido hialurónico poco reticulado y de poca densidad únicamente dará la apariencia de humectación.
Para que el procedimiento sea menos doloroso, se puede aplicar previamente un anestésico con lidocaína, prilocaína o tetracaína en crema. Es esperado que de manera inmediata de una sensación de “hinchazón” ya que la propia manipulación del labio, así como el anestésico en crema puede generar la inflamación en el mismo. Cuando pasa esta ligera inflamación en ocasiones el labio puede descamarse ligeramente, por lo que se sugiere hidratarlo con bálsamos reparadores o alguna grasa mineral o petrolato.
Finalmente, la duración del efecto puede variar entre 6 a 12 meses, por lo que nuevamente puede aplicarse si es que se desea.
En algunas ocasiones, se podrá combinar más de una técnica o tecnología para obtener resultados más satisfactorios; por lo que si te gustaría mejorar o redefinir el área de tus labios, la sugerencia es que acudas con un especialista como cirujano plástico o dermatólogo para que puedan realizar un análisis y recomendarte cuáles son las diferentes alternativas según tus necesidades; ya que entender las propiedades fisicoquímicas permitirá a los inyectores seleccionar el producto ideal y más seguro para el tratamiento deseado.
