El mal olor del cuerpo puede ser originado por varias causas; estas generalmente dependen del área específica del cuerpo en donde se produzca este malestar. El término bromhidrosis proviene del griego bromos que significa mal olor e hidros que quiere decir sudor. Es la forma médica con la que se conoce al olor desagradable que se produce en las axilas, área genital, orejas, pezones y párpados; sitios en donde existen glándulas sudoríparas apócrinas.
Las glándulas apócrinas representan el 1% de las glándulas sudoríparas presentes en la piel y se encargan de la producción de feromonas. Estas glándulas son diferentes a las glándulas sudoríparas écrinas, distribuidas en toda la piel y que representan el otro 99%. Se encargan de la termorregulación del organismo; cuando hace calor o se realiza ejercicio, producen sudor que no genera olor.
La secreción apócrina es muy olorosa debido a las bacterias que se encuentran en la superficie de la piel, pues consumen las secreciones y liberan ácidos volátiles pestilentes.
Esta condición es habitual cuando inicia la pubertad pues las glándulas del cuerpo maduran produciendo más secreciones y suele permanecer para formar el humor propio de cada persona. Las características de las glándulas apócrinas dependen de factores genéticos, es por ello que en cada persona es distinto. Sin embargo, también existen factores externos que pueden contribuir a modificar la cantidad y calidad del olor de estas secreciones.
Dentro de los factores que producen el mal olor se encuentran aquellos asociados al aumento de la cantidad de bacterias en la piel, como son la mala higiene corporal y la obesidad. Otros factores también incluyen el tipo de alimentación; por ejemplo el alto consumo de condimentos como cebolla, curry, ajo o pimientas y la ingesta de algunos medicamentos, especialmente antibióticos.
La bromhidrosis puede tener altas implicaciones emocionales para algunas personas, pudiendo afectar su autoestima o el tipo de actividades de vida que realizan. Por ello es importante no subestimar este padecimiento y buscar alternativas terapéuticas, dependiendo de cada caso. En ocasiones, el simple seguimiento de ciertas medidas de higiene puede resolver este conflicto.
Entre las medidas generales que pueden ayudar a casos, leves y moderados, de bromhidrosis se encuentran:
- Aseo diario de áreas olorosas
- Lavar las áreas olorosas con jabón antibacteriano
- Usar antitranspirantes o desodorantes con antibacterianos para reducir el sudor de las axilas
- No reutilizar prendas de vestir con secreciones sin previo lavado
- Mantener corto el vello de dichas áreas
- Evitar alta ingesta de condimentos en la dieta
- Tratar infecciones concomitantes de dichas áreas, como hongos o parásitos
- En caso de que la bromhidrosis se acompañe de exceso de sudoración, valorar tratamientos médicos para este otro padecimiento.
Si todo esto resulta insuficiente, probablemente se tendrá que valorar el uso intermitente de tratamientos médicos como los antibióticos cutáneos, entre otras medidas, aconsejamos acudir a su médico.
Dra.Mildreth Amelyn Cid Garza
Dermatólogo
(CED. 5599043)
mildrethcid@gmail.com