La radioterapia (RT) es un tratamiento del cáncer que utiliza radiaciones ionizantes, especialmente en casos de cáncer de mama, genital, cuello y sarcomas. El objetivo de la RT es impedir la división de las células tumorales e incluso eliminarlas, utilizando radiaciones ionizantes que actúan sobre el material genético de dichas células. Sin embargo, a pesar de los avances tecnológicos, las regiones u órganos que reciben radiación pueden manifestar toxicidad, incluyendo la piel y las mucosas.
Entre los efectos secundarios más comunes de la RT se encuentran las lesiones cutáneas asociadas a la radiación, provocadas por el alto recambio celular de la piel, lo que la hace más sensible. Se estima que el 95% de los pacientes que reciben RT terminan desarrollando radiodermitis, la alteración cutánea más frecuente. Su aparición puede afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes, así como su percepción de la imagen corporal, debido a las molestias, la dificultad en la movilidad de la zona afectada, etc. Asimismo, puede llegar a poner en peligro la continuidad del tratamiento.
Según el tiempo de evolución y exposición a la radiación ionizante, existen dos tipos de radiodermitis:
A. Radiodermitis aguda: Aparece, normalmente, tras 2-3 semanas desde el inicio del tratamiento. Los efectos agudos comienzan con la sensación de hipersensibilidad y tirantez, y la aparición de eritema, hinchazón y manchas. Puede evolucionar hasta la descamación (seca o húmeda) y alopecia.
B. Radiodermitis crónica o tardía: Sus manifestaciones aparecen a partir de los 6 meses tras finalizar la exposición a la radiación ionizante e incluyen: atrofia cutánea, fibrosis, telangiectasias, modificaciones en la pigmentación y alopecia.
Cada persona reacciona al tratamiento de manera diferente. El tipo de reacción cutánea que podría presentar depende de lo siguiente:
- La parte del cuerpo que se esté tratando.
- El tipo de radioterapia que reciba.
- La dosis (cantidad) de radiación que reciba.
¿Cómo cuidar la piel durante la radioterapia?
El principal objetivo de las recomendaciones generales para la prevención de la radiodermitis es promover la hidratación y conservar la integridad cutánea. Estas pautas son solo para la piel de la zona tratada. Puede cuidar del resto de la piel como lo hace habitualmente.
- Mantenga la piel limpia. Báñese o dúchese todos los días. No se ponga nada en la piel justo antes de la radioterapia. Use agua tibia y un jabón corporal suave y sin perfume (syndet). Sea delicado con su piel; no use ningún paño para lavarse, estropajo ni cepillo, solo sus manos.
- No utilice alcohol ni paños con alcohol en la piel.
- Mantenga una humectación constante con cremas dermatológicas ricas en ceramidas.
- Proteja la piel de agentes externos (sol, viento, traumatismos, etc.): se recomienda el uso de fotoprotectores (SPF mayor o igual a 50) en las áreas expuestas, de preferencia pantallas solares minerales de amplio espectro de protección.
- Uso profiláctico de corticoides: están orientados a reducir la incomodidad y el prurito. Debe consultarlo con su dermatólogo.
- Ropa holgada: se recomienda el uso de ropa suelta y de fibras naturales como el algodón en el área donde se recibe la RT.
- Dieta: mantener una alimentación adecuada y evitar hábitos tóxicos como el tabaquismo, pueden mejorar el estado de la piel y su capacidad de regeneración.
- Seguimiento y valoración: la valoración continua de la piel y la detección temprana de posibles alteraciones cutáneas ha demostrado mejorar tanto la calidad de vida como los resultados del tratamiento.