El mantenimiento de la piel con un nivel de hidratación adecuado es importante desde el punto de vista estético como funcional, debido a que una piel correctamente hidratada actúa como primera barrera de protección frente al mundo exterior, protegiendo de agentes externos activos y amortiguando frente a agresiones mecánicas.
Al hablar de hidratación cutánea nos referimos a la cantidad de agua presente en la piel, la cual mantiene su humedad gracias al agua procedente de la circulación interior y humedad exterior. Es importante diferenciar hidratación de humectación; esta última se refiere a la humedad que la epidermis toma del medio exterior. La hidratación óptima permite a la piel retener su elasticidad normal y le otorgue flexibilidad al movimiento.
Existen distintos tipos de factores que modifican e influyen en el porcentaje de agua de la piel como son: el sol, el aire, la luz UV, los medicamentos, los cosméticos, el tabaco, el alcohol, la predisposición genética, las hormonas y algunas enfermedades. Al mismo tiempo depende de varios factores como la barrera lipídica constituida por ceramidas y ácidos grasos libres así como del factor natural de hidratación constituido por aminoácidos libres, urea y lactatos.
Hablamos de una piel deshidratada cuando hay una falta de agua en la capa cornea. Un gran porcentaje de personas sufre sequedad cutánea, principalmente niños menores de 10 años y adultos mayores de 60 años. La piel se muestra apagada, rugosa, tirante y con falta de flexibilidad que llega a producir sensación de tirantez, con algunas escamas y arrugas finas, algunas veces llegando a producir picor y escozor. Por lo tanto, el objetivo del tratamiento hidratante es mantener y aumentar la hidratación del estrato corneo de la piel.
Conviene utilizar a diario activos que, de una u otra forma, permitan mantener la piel correctamente hidratada y no esperar a que la piel muestre signos de sequedad. Se puede utilizar emulsiones acuosas ya que liberan agua al estrato corneo y retrasan la pérdida de agua transepidérmica. Los más utilizados son propilenglicol, glicerina, urea, AHAS y pantenol.
El tratamiento debe ser adecuado para la edad de la persona y al tipo de piel, de aquí la importancia de acudir con su Dermatólogo.
Dra. Ileana Arreola Jáuregui
Dermatóloga (CED.5721289)
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