El nevo epidérmico verrugoso es un tipo de lesión en que hay un crecimiento excesivo de la piel (hamartoma).
Generalmente se presenta desde el nacimiento, aunque puede aparecer en el transcurso de los primeros seis meses de vida o durante la niñez (50% a los seis meses de edad, 75% a los cinco años), y rara vez en la edad adulta.
Afecta principalmente extremidades, es lineal y generalmente se acompañada de picazón e inflamación. Se caracteriza por la presencia de verrugas de color marrón o rojizo, estos nevos tienden a seguir unas líneas invisibles que forman la piel antes del nacimiento llamadas «líneas de Blaschko».
Es más común en mujeres que en varones, aunque en la mayoría de los casos es un hallazgo aislado, en algunos casos raros puede estar asociado con otras anomalías en el cerebro, los ojos, los músculos, o los huesos (“síndrome de nevo epidérmico”).
Los nevos epidérmicos son lesiones asintomáticas de evolución benigna, pero los pacientes suelen solicitar tratamiento por motivos estéticos.
El tratamiento depende de la extensión y localización. Se han utilizado múltiples modalidades terapéuticas con resultados variables. La extirpación completa es un tratamiento efectivo, si bien está limitado por la extensión de las lesiones, su localización, el posterior resultado estético e incluso la posibilidad de recidiva.
Asimismo, se han utilizado la crioterapia, la dermoabrasión, la electrocirugía y diferentes tipos de láser. Recientemente se han descrito buenos resultados con el láser de CO2, ya que es bien tolerado, con alta eficacia y seguridad a largo plazo.
Dra. Sofía Álvarez Guerrero
Dermatóloga
DPG. 9541226