El tatuaje cosmético tiene como finalidad corregir defectos, restaurar o simplificar el maquillaje habitual. Comenzó a utilizarse a principios del siglo XX, aplicándose para mejorar la apariencia de quienes, por enfermedad o accidente, tenían la piel manchada, quemada o habían perdido las cejas o algún pigmento en el cuerpo. Posteriormente, se empleó para delinear párpados, labios y cejas.
Con el tatuaje cosmético es posible definir y rellenar de color las cejas y labios, aplicar sombras en los párpados y delinear tanto el párpado superior como el inferior. Se pueden utilizar tonos intensos como negro, café y rojo, hasta tonos más suaves o pasteles.
Algunas personas lo utilizan para verse estéticamente mejor, tener la seguridad de lucir un maquillaje perfecto y evitar la necesidad de maquillarse o desmaquillarse a diario. Sin embargo, en algunos casos desean retirarlo, ya sea porque no les agradó cómo se ven, debido a una mala técnica de aplicación o simplemente porque ya no lo quieren.
Existen diferentes tipos de tatuaje cosmético. La micropigmentación, en la cual la tinta se coloca de manera superficial con partículas más pequeñas, dura aproximadamente de 1 a 2 años, siendo un tratamiento temporal y reversible. Por otro lado, el tatuaje normal implica la colocación de tinta más profundamente, lo que lo hace permanente e irreversible. A diferencia de los tatuajes convencionales, los tatuajes cosméticos utilizan pigmentos con óxido de titanio y/o óxido de hierro, que al oxidarse pueden oscurecerse y cambiar de color.
Cualquiera de estos dos tipos de tatuajes cosméticos puede retirarse actualmente con tecnología láser. El láser más adecuado es el Q-Switched Nd (532 nm/1064 nm) y el láser de picosegundos. La energía es absorbida por el color superficial, quedando los pigmentos más profundos sin afectarse, lo que requiere de 3 a 4 sesiones para su completa eliminación.
Los pigmentos oscuros como el negro y café responden adecuadamente al tratamiento. Sin embargo, existe una gama de colores, como los naranjas o amarillos, que pueden ser más resistentes o, en algunos casos, los tonos claros pueden volverse oscuros.
El retiro de tatuaje cosmético en el rostro con láser es seguro y eficaz, pero se requieren varias sesiones dependiendo del tono del pigmento utilizado y la zona donde se encuentra, por lo que es necesaria una valoración previa. Por lo general, no se requiere anestesia.