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¿Qué hacer en caso de picadura por alacrán?

By 4 noviembre, 2019agosto 24th, 2023Mitos y Realidades

La prevalencia de la picadura de alacrán en México es alta. 300,000 personas son reportadas por piquete de alacrán cada año en nuestro país.

Es más frecuente en la población rural, y los grupos de edad con más riesgo son el de menores de cinco años y el de los mayores de 65 años de edad.

Los estados en la República mexicana con mayor morbilidad por picadura de alacrán son Morelos, Colima, Guerrero y Jalisco.

Los factores de riesgo son: vivir en zonas endémicas de alacranismo, condiciones de vivienda favorables al alacrán: tener material en desuso dentro de la casa, ladrillos apilados, tejas, cartón o madera y no deshierbar en derredor del domicilio.

La incidencia de la picadura aumenta en tiempo de calor, sobre todo por las noches cuando los alacranes salen para alimentarse.

Los alacranes son artrópodos con hábitos nocturnos; de día permanecen ocultos en lugares oscuros, ya que el calor y la luz son dañinos para ellos.

Existe una gran variedad de especies.

La más frecuente en México es la Centruroides sp., que se localiza en más del 30% del territorio nacional.

El más tóxico en nuestro país es e. C. Noxius de Nayarit.

La intoxicación por veneno de alacrán es una urgencia médica desencadenada por la picadura de este artrópodo y la inoculación de sus toxinas al interior del torrente sanguíneo, que causa un cuadro tóxico sindromático variado, ya que afecta diversos órganos y sistemas y puede llegar a terminar en la muerte del paciente.

En un cuadro de intoxicación leve observamos: signos y síntomas locales, como dolor intenso o comezón inmediato en el sitio de la picadura y calambres en la misma zona.

En un cuadro moderado a grave es muy variable y pueden presentarse: irritabilidad, fiebre, dolor y calambres en todo el cuerpo, sensación de cabellos en la nariz, garganta, salivación excesiva, estornudos, movimientos involuntarios de la lengua, dificultad para hablar, coloración azulosa alrededor de la boca, lagrimeo, intolerancia a la luz o fotofobia, visión doble, palpitaciones, aumento de la presión arterial, dificultad para respirar, distensión y dolor abdominal, náuseas, vómito y diarrea.

Los sitios más frecuentes de picadura son los brazos y las piernas, aunque puede ser en cualquier parte del cuerpo.
Es importante la rápida instauración del tratamiento, ya que, dependiendo de la misma, será el pronóstico del paciente.

Los síntomas comienzan dentro de los primeros 20-40 minutos después de la picadura.

El manejo óptimo incluye una detección oportuna, un diagnóstico temprano y la pronta aplicación del antídoto anti-alacrán (neutraliza las toxinas).

Toda persona con sospecha de picadura, no debe esperar a tener síntomas, debe acudir de inmediato al centro de salud u hospital más cercano.

De ser posible, llevar el ejemplar (alacrán) para que pueda ser identificado a fines de realizar el tratamiento adecuado. Es importante que en caso de picadura no se realicen torniquetes, succionar el veneno, hacer incisiones, ingerir alcohol y/o aplicar hielo.

La eficacia del tratamiento depende de la potencia del antídoto, su espectro de actividad, del tiempo que transcurre desde la picadura, el inicio del tratamiento y de la farmacocinética de dicho antídoto.

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